Presidente rechazo la intervención extranjera en discurso de la "Batalla de Puebla".

El mejor homenaje que podemos rendir a quienes hace 162 años defendieron a la patria de la agresión y la voracidad extranjera es invocar su memoria para decirles que las y los mexicanos de esta generación, hemos recuperado la soberanía, la dignidad nacional y la libertad para decidir el rumbo de México sin injerencias ni presiones extranjeras.

Sin embargo, en los últimos tiempos, durante el periodo que nosotros llamamos neoporfirista se puso en práctica la consigna de Robert Lansing, quien fue secretario de Estado durante el mandato del presidente Wilson, en los años 40 del siglo pasado, este jefe de Estado del gobierno estadounidense escribió con toda claridad lo que debían hacer desde el extranjero para dominarnos. Aunque me he referido en diversas ocasiones a ese texto, es tan aleccionador, tan ilustrativo que es imposible no regresar a él, una y otra vez. Pues, bien, en 1914, Lansing recomendaba:

México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un sólo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia de México a un ciudadano americano, ya que esto nos llevaría otra vez a la guerra. La solución, decía el secretario de Estado, necesita de más tiempo: debemos abrirles a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de los Estados Unidos. México necesitará con el tiempo de administradores competentes. Esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros.

Como todos los mexicanos sabemos, este consejo se convirtió en profecía o en otro destino manifiesto. Sin embargo, por la voluntad de nuestro pueblo, de nueva cuenta, esta subordinación o dependencia sólo se aplicó de manera transitoria; no duró, imperó únicamente durante el periodo de 1983 a finales de 2018, porque desde la llegada de nuestro gobierno inició la Cuarta Transformación de la república con una política económica en beneficio de todos, haciendo realidad una auténtica democracia, gobierno del pueblo y para el pueblo, no oligarquía que es el gobierno para una minoría con fachada de democracia; hemos mantenido buenas relaciones económicas y comerciales con los Estados Unidos, tratándonos con respeto y aprovechando mutuamente la vecindad en beneficio de nuestros pueblos.

Afortunadamente esto lo ha entendido el presidente Biden, quien siempre dice que nuestra relación debe darse a partir de la igualdad. Y eso lo agradecemos porque México no puede negarse a la integración económica, menos ahora que hay 40 millones de mexicano viviendo y trabajando honradamente en Estados Unidos, miles de poblanos y de todos los estados de nuestro país, héroes, heroínas, que en los momentos más difíciles que ha atravesado nuestro país, sobre todo por la pandemia, no dejaron en el abandono a sus familiares, no dejaron de enviar recursos para fortalecer la economía popular y que no se agravara la crisis de bienestar social. Somos, como aquí se ha dicho, somos un país e independiente, esa es la condición fundamental, sí a la integración económica, sí a la cooperación, sí a una relación de respeto, sí a una política de buena vecindad, sí a la amistad entre nuestros pueblos, pero sin olvidar nunca que México es una nación libre, independiente y soberana, que no somos ni queremos ser una colonia o un protectorado de ningún gobierno extranjero, trátese de Rusia, de China, de Francia o de Estados Unidos, México, lo dije al principio, se ganó con el sacrificio, con el sufrimiento, con la sangre derramada de hombre y mujeres, su derecho a ser un país independiente y soberano.

Amigas y amigos:

El mejor homenaje que podemos rendir a quienes hace 162 años defendieron a la patria de la agresión y la voracidad extranjera es invocar su memoria para decirles que las y los mexicanos de esta generación, hemos recuperado la soberanía, la dignidad nacional y la libertad para decidir el rumbo de México sin injerencias ni presiones extranjeras; que hemos establecido relaciones constructivas, pacíficas, respetuosas y en pie de igualdad con otros pueblos del mundo; que hemos dejado atrás una época de entreguismo y sumisión; que estamos empeñados en construir un México verdaderamente democrático, y en combatir la  corrupción, la desigualdad y la pobreza, y que la semilla del ejemplo de los que lucharon en la Batalla de Puebla, ha caído en tierra fértil. En suma, que en nosotros están vivos esos “mejores hijos de la patria” a quienes el general Zaragoza convocó aquí en Puebla a derrotar a los invasores.

¡Que viva el general Ignacio Zaragoza!

¡Que vivan los indígenas que lucharon por defender a nuestra patria!

¡Que viva el presidente Benito Juárez!

¡Que vivan nuestras Fuerzas Armadas!

¡Que viva la República!

¡Viva la soberanía nacional!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!