Un gobierno donde la lealtad parece ser más valorada que la independencia "Carlos Urzúa".
En un gobierno donde la lealtad parece ser más valorada que la independencia, Carlos Urzúa destacó al desafiar al presidente de México; en un período donde se intenta desacreditar y silenciar las críticas y la disidencia mediante una poderosa maquinaria de propaganda, ni siquiera López Obrador logró silenciar a Urzúa, a pesar de sus esfuerzos.
Menos de un año después de asumir el cargo como Secretario de Hacienda en el gobierno de AMLO, y siendo utilizado por este para proyectar la imagen de un gabinete compuesto por profesionales de gran prestigio, Urzúa hizo público un documento que, más que una carta de renuncia, era una denuncia.
El exsecretario de Hacienda reveló que dejaba su puesto debido a la falta de fundamentos en las decisiones de política pública, y señaló como inaceptable "la imposición de funcionarios sin conocimiento en materia de hacienda pública", quienes eran designados en la administración por influencias de figuras con conflictos de interés evidentes en el gobierno actual.
Era julio de 2019 y Urzúa estaba exponiendo lo que serían características recurrentes del gobierno de López Obrador: decisiones basadas en ocurrencias y la llegada de personas incompetentes e ignorantes movidas por ambiciones personales y conflictos de interés.
López Obrador intentó restar importancia a la renuncia, atacando a Urzúa en sus conferencias matutinas, afirmando que su excolaborador no entendía el concepto de austeridad republicana, e insinuando que el Plan de Desarrollo elaborado por él podría haber sido redactado por José Antonio Meade o Agustín Carstens.
Urzúa más tarde mencionó las dificultades de trabajar en un gobierno con un presidente que solo escucha su propia voz y que solo piensa en satisfacer a su base electoral. Lo describió como alguien que no actúa como un estadista.
Urzúa intentó detener las pérdidas económicas provocadas por la cancelación del aeropuerto de Texcoco y la construcción del "aeropuerto Felipe Ángeles", que calificó como una "aventura fallida". Advirtió que el costo recaería en el pueblo mexicano.
Reveló que él y otros dos asesores cercanos a López Obrador habían preparado un informe que demostraba la viabilidad del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco, pero el presidente no escuchó sus argumentos.
Los últimos años de su vida los dedicó a denunciar las decisiones caprichosas y las acciones del gobierno de AMLO, convirtiéndose en una voz de referencia que alertó sobre los altos costos y los resultados inútiles de las grandes obras del gobierno.
Horas antes de su muerte, Urzúa compartió su última colaboración en redes sociales, donde criticó la falta de atención del presidente al problema del agua y los recortes al presupuesto federal asignado a Conagua, revelando una vez más las sombras que han caído sobre México.
Urzúa falleció en un momento en que el país necesitaba más que nunca su inteligencia, su conocimiento y su claridad de pensamiento. Su ausencia será profundamente sentida en estos días.
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