En el segundo debate presidencial, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez se enfrascaron en una serie de ataques mientras que Jorge Álvarez Máynez optó por enfocarse en las propuestas. Temas como el "narcogobierno", acusaciones de corrupción, y la problemática de la Línea 12 del Metro fueron puntos álgidos del intercambio entre las dos candidatas que aspiran a convertirse en la primera presidenta de México. A solo 35 días de las elecciones presidenciales, los representantes de las coaliciones "Sigamos Haciendo Historia", "Fuerza y Corazón por México" y de Movimiento Ciudadano se encontraron nuevamente en un debate cara a cara. En esta ocasión, realizado en los Estudios Churubusco, los candidatos expusieron sus propuestas sobre temas como crecimiento económico, empleo, inflación, infraestructura, desarrollo, pobreza, desigualdad, cambio climático y desarrollo sostenible.

El debate estuvo marcado desde el inicio por los ataques. La candidata de PAN, PRD y PRI acusó a Morena de ser un "narcogobierno" y presentó elementos visuales que generaron controversia, mientras que la morenista contraatacó señalando que el verdadero "narcogobierno" fue durante el mandato de Felipe Calderón, impulsado por Acción Nacional. Sheinbaum también lanzó acusaciones de corrupción hacia Gálvez, revelando presuntos contratos ilegales de empresas vinculadas a ella. Gálvez respondió defendiendo la legalidad de dichos contratos y acusando al exesposo de Sheinbaum de recibir dinero ilícito.

A diferencia del primer debate, en esta ocasión los candidatos respondieron preguntas enviadas por ciudadanos de todas las entidades del país y tuvieron la oportunidad de presentarse y expresar su postura sobre cada tema abordado. Además, se discutió la reciente modificación al sistema de afores, con Gálvez acusando al gobierno actual de desviar recursos destinados a educación y endeudar al país, mientras que Sheinbaum defendió la ley aprobada como una medida para mejorar las pensiones en un contexto de reformas anteriores que dejaron pensiones insuficientes.

 Algunos de los ataques principales en el debate fueron:

1. Ataques y apodos: Las candidatas Sheinbaum y Gálvez se centraron en debilitar y cuestionar mutuamente sus proyectos políticos, utilizando ataques personales y apodos como "la candidata de las mentiras" y "la corrupta". Por su parte, Álvarez Máynez optó por mantener un enfoque positivo, utilizando gestos amigables y lenguaje de señas.
2. Propuestas económicas: Se abordaron propuestas en materia económica, donde Sheinbaum utilizó apoyos gráficos para acusar a Gálvez de presunto conflicto de interés en contratos con dependencias federales.
3. Gestión del agua: Gálvez expuso la problemática de la contaminación del agua en la Ciudad de México, presentando una botella con agua recolectada en zonas afectadas. También retó a Sheinbaum a enfrentar los resultados de laboratorio sobre la calidad del agua.
4. Energías limpias: Gálvez llamó a Sheinbaum "la candidata del combustóleo", acusándola de apoyar el uso de combustibles fósiles. Álvarez Máynez también empleó términos similares, refiriéndose a Gálvez como "la candidata del PRIAN" y "la candidata del Cártel Inmobiliario".
5. Apoyos visuales: Se utilizaron apoyos visuales como fotografías para respaldar acusaciones, como la imagen del exesposo de Sheinbaum y casos de corrupción inmobiliaria relacionados con Gálvez.
6. Lenguaje y gestos: Álvarez Máynez destacó por su uso de lenguaje de señas y gestos amigables, mostrando una sonrisa constante y dirigiéndose en lenguaje dirigido a la comunidad sorda.