La madrugada de este domingo 9 de noviembre, la Fiscalía General de la República (FGR) desató una bomba política al detener a Jorge Antonio Sánchez Ortega, un exagente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN). Las autoridades lo señalan como el presunto segundo tirador en el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, ocurrido el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas.

Lo que durante décadas ha sido la versión oficial —que Mario Aburto actuó solo— se tambalea con esta nueva línea de investigación. Aunque la identidad de Sánchez Ortega no se ha confirmado oficialmente, se sabe que estaba en el perímetro del atentado y huyó tras los disparos. La FGR retoma el caso para esclarecer las históricas inconsistencias en las periciales originales, que ya apuntaban a trayectorias balísticas que no coincidían con la posición de Aburto.

La noticia ha provocado reacciones inmediatas. El PRI calificó de "miserable" el uso del crimen de Colosio como "distractor político".

Por su parte, Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del excandidato y actual alcalde de Monterrey, se mostró cauteloso. Pidió respeto por la memoria de su padre e instó a las autoridades a "no politizar el caso". Subrayó que, tras 28 años, su familia sigue buscando la verdad y la justicia, no la venganza.

Esta detención da nueva vida a una hipótesis largamente defendida por investigadores y periodistas, reviviendo uno de los momentos más trágicos que paralizaron al país.

Nota referencia: La Crónica.